¿Qué hay de nuevo familia? Hoy quiero hablaros sobre un tema que genera muchas duda, se trata de aclarar las diferencias entre cáñamo y marihuana.
Hablamos de dos plantas del mismo género pero con diferentes usos y propiedades, por ello os aclararé en que destacan cada una.
Para introduciros al tema voy a hablaros brevemente de los orígenes de la planta de cannabis, un género milenario con mucha historia.
Cáñamo y marihuana ¿dónde y cuándo se originaron?
Tanto el cáñamo como la marihuana pertenecen al género cannabis, el cual según múltiples estudios se afirma que se originó sobre el año 10.00 a.C. en zonas de Asia central y del Sur.
Por aquel entonces el cannabis era una especie vegetal que crecía libremente lejos de la influencia del ser humano.
A medida que pasaron los siglos y el humano la fue descubriendo y empezando a utilizar, también empezó a seleccionar variedades para diferentes usos.
Algunas plantas eran seleccionadas por sus propiedades morfológicas para la obtención de fibras o para ser utilizadas como alimento, en cambio otras las utilizaban para obtener flores psicoactivas.
Estas flores que ahora conocemos como cogollos eran utilizadas en su mayoría con fines místicos o espirituales.
Alrededor del año 7.000 a.C. se empezaron a cultivar y domesticar las plantas de cannabis con sus diferentes utilidades.
Podríamos decir que en esa época surge la primera diferenciación entre cáñamo y marihuana, empleando una por sus propiedades físicas y otra por sus propiedades lúdicas o espirituales.
Las diferencias morfológicas entre cáñamo y marihuana
Como ya sabréis todos, la morfología de la marihuana depende de si la variedad es Indica o Sativa.
En cualquier caso podemos generalizar que su desarrollo vertical es limitado ya que no suelen pasar los 2 o 2’5 m de altura y su desarrollo horizontal es notable y muy productivo.
También sabéis que las flores que produce son compactas con un buen desarrollo y aspecto.
En cambio el cáñamo se diferencia por tener un desarrollo plenamente vertical pudiendo alcanzar portes de hasta 5 metros con un desarrollo horizontal despreciable.
Su distancia entre nudos es muy grande y las ramas y troncos suelen presentar una mayor densidad que favorece la obtención de fibras.
En lo que se refiere a las flores suelen ser muy poco densas, espigadas y con un aspecto que no llama la atención.


THC y terpenos
Otro de los rasgos que más diferencian ambas variedades es el contenido en terpenos y cannabinoides.
Las plantas de marihuana tienen una enorme riqueza en terpenos, los cuales son responsables de los deliciosos aromas que conocemos.
También es muy rica en cannabinoides y destaca por su elevado contenido en THC, el compuesto psicoactivo todavía ilegal en un buen número de países.
Por otro lado el cáñamo muestra una gran pobreza tanto en terpenos como en cannabinoides, por lo que su aroma no resulta especialmente atractivo.
También su contenido en THC es despreciable, en cambio sí que genera en muchas ocasiones elevados niveles de CBD y CBG (cannabinoides de elevado interés medicinal).
Las diferencias en el cultivo
Para los cultivos extensivos de cáñamo hay que tener muy presente lo que os venía comentando sobre su desarrollo vertical.
Al tratarse de una planta que prácticamente no se desarrolla nada en el plano horizontal, es necesaria una gran densidad de ejemplares por metro cuadrado para obtener cosechas satisfactorias.
Dependiendo de la variedad se pondrán entre 50 y 100 ejemplares por metro cuadrado, un marco de plantación realmente reducido que resulta inimaginable para la marihuana.
Por otro lado es importante destacar que el cáñamo requiere un mínimo de 4 meses en fase de crecimiento para poder ofrecer una cosecha rentable para el agricultor.
Por último quiero destacar que en estos cultivos no se distinguen entre plantas hembras y machos ya que ambas son válidas (excepto para obtención de semillas).
Las diferencias entre los usos de ambas
Empezaré hablando de la marihuana ya que todos conocemos su utilidad, limitada al campo medicinal (donde tiene un amplio abanico de posibilidades) y al recreativo/espiritual.
Como ya sabréis la única parte de la planta que se utiliza son los cogollos.
En cambio el cáñamo tiene muchas y muy diferentes utilidades en nuestra sociedad, además es una planta de la que se aprovechan tallos, flores y semillas.
Estos son algunos de los usos que se le da a la planta del cáñamo:
- Productos cosméticos como cremas, champús o aceites.
- Elaboración de ciertos materiales de construcción como algún tipo de ladrillo, paneles o aislantes térmicos
- Industria textil para la elaboración de prendas de vestir como camisetas, zapatillas, pantalones o también cortinas.
- Alimentos para animales y humanos en forma de semillas, aceites, pastas o harina.
- Productos de uso medicinal como extracciones de CBD, cremas o flores.
- Fabricación de cuerdas de gran resistencia
Dicho esto podréis comprobar que el abanico de posibilidades que ofrece esta planta es realmente fascinante y se considera como una de las más versátiles del mundo.

La legalidad en nuestro país
Como bien sabréis el cultivo de marihuana en España está penalizado por la ley ya que el THC está considerado como una sustancia ilegal, de ahí que la venta de semillas esté enfocada únicamente al coleccionismo.
En lo que se refiere al cáñamo la Unión Europea establece que su cultivo es legal siempre que su contenido en THC esté por debajo del 0’3% (en algunos países 0’2%).
En España el nivel máximo permitido es del 0’2% pero ojo, eso no garantiza que no vayas a tener problemas con las autoridades.
Esto se debe a la semejanza física entre cáñamo y marihuana, por lo que un cultivo de cáñamo puede ser intervenido pero finalmente no sancionado tras el análisis.
Se han dado ya este tipo de casos en los que el cultivador no es sancionado pero sí que pierde el cultivo.
Espero que os haya resultado útil y si tenéis alguna duda ya sabéis ¡dejar comentario!